Ojos que "protegen" desde el cielo

















Eye in the Sky (2016), de Gavin Hood, está, primero que nada (y lo que la hace más valiosa aún) plagada de excelentes actores: Helen Mirren, Aaron Paul, Iain Glen, el difunto Alan Rickman y -la aparición que me generó sorpresa- Barkhad Abdi (el captor en Capitán Phillips).

Por otra parte, es una película que plantea una gran diatriba moral. El asunto de los drones tiene un trasfondo bastante oscuro y bastante triste; además de causar la muerte de gente inocente y dejar siempre gran cantidad de heridos, está también la parte no visible: el trastorno que sufren los pilotos de estos drones no tripulados (que los manejan desde una base terrestre). Aunque muchos podrían decir que esos pilotos no deben sentir nada, la verdad es que sí. Y Eye in the Sky deja colar este detalle muy, muy bien.

El film muestra todas las caras de esta moneda: quienes dirigen la misión desde el aspecto militar y agotan todos los medios existentes para convencer a sus superiores de atacar; las altas esferas políticas que son quienes toman decisiones sentados en una mesa, orientados, primero que nada, a ganar la "guerra propagandística"; los pilotos de los drones, que sí sienten; los que son parte de la misión en el lugar de la misión, y buscan que la cantidad de víctimas inocentes sea menor; y las víctimas, aquellos que tienen rostro pero no nombre.

Si lanzan el misil, harán daño a personas inocentes. Si no lo lanzan, los terroristas saldrán ya listos con sus chalecos suicidas puestos, para activarlos en algún lugar público e igual causar la muerte de quizás más gente inocente. ¿Qué es lo correcto?

Cada cual tiene una opinión diferente, pero lo que aplaudo de Eye in the Sky es que te obliga a responder, a tomar un bando. Y el final que ayuda a corroborar si estabas en el bando correcto.

8,5★



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