«Para garantizar los derechos de las mujeres, es necesaria la solidaridad internacional» M. Labastie

En el marco del Día de la Mujer, a celebrarse este 8 de marzo, hemos tenido la iniciativa de magnificar voces femeninas dentro de Amnistía Internacional. En este caso, se trata de la directora ejecutiva de AI Uruguay, Mariana Labastie, quien es miembro de esta organización desde 2002.
A lo largo de los años, Labastie ha desarrollado diferentes actividades como voluntaria, miembro de la junta directiva y como staffde la sección. Durante los ya 4 años que tiene como Directora Ejecutiva resalta como logros de su gestión la visibilización de la violencia obstétrica como otra forma de violencia hacia las mujeres, todo mediante una exitosa campaña que ha logrado que aún hoy el tema se debata en la agenda pública de ese país; mantienen una campaña con el caso de 5 mujeres trans que fueron asesinadas en 2002, y que hasta hoy permanece impune. «El liderazgo de la sección a través de su trabajo sobre el Examen Periódico Universal (EPU) de Uruguay es un aporte más al fortalecimiento de la sociedad civil local debido a la articulación, a la construcción de agenda y diálogo con las autoridades.»
AI Uruguay y los DDHH de las mujeres
Mariana Labastie asegura que AI Uruguay tiene una vasta trayectoria de trabajo por los derechos humanos de las mujeres. «Desde que en 2004 se lanzó la campaña SVAW (Stop Violence Against Women; en español Detengan la violencia contra las mujeres), la sección se ha vinculado fuertemente con las organizaciones de mujeres y feministas, siendo, de hecho, reconocida como una de las fundadoras de la «Red contra la violencia doméstica y sexual en Uruguay.» Desde entonces, la sección se ha visto involucrada en el trabajo para detener la violencia contra las mujeres, el acceso al aborto y, más recientemente, en el marco del trabajo por el PFPIDESC (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) han puesto foco en el cumplimiento de los derechos humanos para las mujeres.  Lo mismo en el caso del EPU de Uruguay, «en el que también hicimos hincapié en la situación de los derechos humanos de las mujeres. En esta ocasión, además, coordinamos y apoyamos a otras organizaciones de mujeres y feministas para que pudieran realizar su contribución escrita de forma efectiva». Labastie destaca que en enero de 2014, en Ginebra, en el marco de la revisión, AI Uruguay organizó un Side Event en el que participaron autoridades del gobierno uruguayo, donde se trataron temas sobre los cumplimientos y los pendientes en materia de DDHH de las mujeres.
Campañas actuales
«En el marco de MBMR (My Body My Rights; en español Mi Cuerpo Mis Derechos), hacemos seguimiento a la implementación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo en el país. Mantenemos nuestro trabajo en red con las organizaciones de mujeres y feministas para lograr que la Suprema Corte de Justicia facilite el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia.»
Desde una mirada histórica de la impunidad en Uruguay (justicia internacional), la sección trabaja la violencia sexual como arma de guerra y, en el caso de la impunidad en democracia, trabajan para que las víctimas o familiares de víctimas de violencia transfóbica en el Uruguay accedan a la justicia, reparación y garantías de no repetición. En el marco de la campaña Stop Tortura, hacen foco en  la situación de las mujeres privadas de libertad. Además, atienden, en todos los casos —tanto en esta campaña como en MBMR—, a la solidaridad internacional y las acciones urgentes. También trabaja en la campaña Post 2015 y mantenienen un trabajo constante sobre Beijin+20 y la CSW59.
Uruguay en leyes para mujeres
La Directora indica que «en Uruguay existe una ley de violencia doméstica de la cual, las organizaciones especializadas, reconocen sus debilidades y en particular su limitada implementación. El feminicidio no ha sido incorporado al código penal, en el que tampoco se ha incorporado la tortura. A fines de 2014, junto a muchas otras organizaciones de la sociedad civil uruguaya, pusimos freno a la reforma propuesta del código penal que mantenía conceptos discriminatorios hacia las mujeres e incluso presentaba retrocesos para la garantía de justicia y protección de la vida de las mujeres. En nuestro país aún hay un gran camino por recorrer.»
Pero el trabajo realizado desde la sección que está bajo la dirección de Labastie, se asegura de defender los derechos de las mujeres, ya que «si bien Uruguay goza de un gran prestigio internacional en relación a normativas, la situación de las mujeres no se corresponde con esos avances.  En lo que va de 2015 han muerto 12 mujeres a causa de la violencia doméstica y violencia hacia las mujeres. Cada vez hay más información sobre explotación sexual comercial de mujeres, niñas y adolescentes». En el ámbito político, las mujeres uruguayas aparecen como sub representadas en los órganos de gobierno. Se reconoce que las mujeres ganan menos que los hombres, según la Directora.
«Una veintena de mujeres que fueron víctima de la violencia sexual como instrumento de tortura en la última dictadura (1973-1985)  aguardan justicia. También existe preocupación por el acceso real y libre a la interrupción voluntaria del embarazo.» Si no se utilizan los mecanismos y herramientas de las que la comunidad internacional se ha dotado para proteger los derechos humanos, incluso en Uruguay los retrocesos podrían ser inmediatos. Por ello, Labastie considera que realizar acciones a gran nivel es sustantivo para garantizar los derechos de las mujeres. Pero también lo es «la solidaridad internacional; vernos como una comunidad en la que todas y todos contribuimos al avance y a la protección de derechos es parte de nuestra identidad, y recurrimos a esta identificación también en el Uruguay, que ha sabido ser solidario con muchas otras terribles situaciones de violación de derechos en el mundo entero»
Redes latinas y mujeres del Uruguay
Desde AI Uruguay trabajan en el propio marco que ofrece la red de secciones de Amnistía Internacional en la región. Pero también tienen alianzas con otras organizaciones como Iniciativa MercoSur y la PIDHDD (Plataforma Interamericana de Derechos Humanos Democracia y Desarrollo), que incluye organizaciones de mujeres.
Labastie está segura de que si AI Uruguay no trabajara sobre estos temas en el país, la situación de las mujeres se vería invisibilizada, «sabemos que nuestra organización actúa como escudo o amplifica la voz de otras organizaciones que por sí solas no podrían acceder a las autoridades o a los medios masivos de comunicación. Nuestro trabajo con las autoridades ha sido fundamental para lograr posturas del país que promueven el avance de los derechos humanos en Uruguay y en muchas otras partes del mundo. Con nuestro trabajo generamos sinergias que enriquecen y fortalecen a la sociedad civil local».
Por último, la Directora Ejecutiva de la sección Uruguay nos indica en la entrevista que, desde su país, siguen con «atenta preocupación y brindamos nuestra mayor solidaridad a Venezuela, trabajamos para que el estado de derecho esté vigente y que todas las personas puedan expresar libremente sus opiniones. Por ello, hemos pedido a las autoridades locales que se expresen sobre la situación que hoy está atravesando Venezuela, con un ánimo constructivo y solidario».
La voz de las mujeres uruguayas no debe temer al silencio, ya que desde AI, junto con otras tantas organizaciones de derechos humanos, el trabajo mancomunado es para asegurar la protección de las mujeres, acabar con la violencia contra ellas y con la impunidad que hoy se refleja en las víctimas de tortura. Mariana Labastie y todo su equipo luchan día a día porque el Uruguay avance en leyes contra el feminicidio y resguarden el libre devenir de las mujeres.
Por Alexandra Perdomo (@amnistia)

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